Perfil del fumador


Perfil del Fumador

Como vimos la adicción es  una enfermedad, por lo tanto los fumadores, en tanto adictos, son enfermos, pero son enfermos con características muy especiales. En primer lugar, suponen que no están enfermos, por lo tanto, también suponen no requieren de ningún tipo de tratamiento, esto es lo que hace muy difícil trabajar con  fumadores, y con adictos en general.
                   Si volvemos al primer punto de las características que define la OMS  “Una compulsión a continuar consumiendo por cualquier medio”. Esto hace que los fumadores sean totalmente negadores, y “mentirosos”, también sucede lo mismo en otras adicciones, tienden a minimizar el problema en el que se encuentran, y tratando de justificar su conducta adictiva diciendo cosas tales como “a mi no rehace mal”, “Yo cuando quiero lo dejo” o “Yo lo manejo, no tengo ningún problema”, “Cada vez estoy fumando menos”. Etc. Esas son todas ilusiones y mentiras que los fumadores les dicen a los demás  y a si mismos, con el único objetivo de seguir fumando, estas conductas son parte de la psicología del fumador, esta conducta se llama negación, que profundizare mas adelante,
                     Voy a intentar desglosar la más minuciosamente posible donde radica el verdadero problema de la adicción.                                                     
                    Todos los sujetos nos diferenciamos de los objetos por una característica fundamental que es la actividad, todos los sujetos somos activos, en tanto que los objetos permanecen pasivos, esto implica que siempre, a partir de nuestra actividad, podemos hacer lo que queremos con los objetos , manipularlos, modificarlos, cambiarlos de lugar, desecharlos, Etc. En el caso de la adicción, esta relación  Sujeto-Objeto está invertida, los fumadores pueden manejar todos los objetos, menos uno: el cigarrillo. Donde haya un fumador y cigarrillos, el que va a manejar la situación es el objeto (cigarrillo), por lo tanto uno de los tantos puntos que hay que tener en cuenta para un tratamiento del tabaquismo es, reestablecer esta relación, que sea el sujeto (fumador) el que comience  a  manejar ese objeto (cigarrillo).
                Cuando un fumador entra en esta etapa de no poder manejarlo, está indefectiblemente dentro de la adicción. Esto suele ser muy difícil de comprender para las personas que no son adictas, suponen que el fumador es un vicioso que podría no prender nunca mas un cigarrillo, pero no es así, el fumador fuma porque no puede evitarlo, hay que reestablecer en el fumador, la relación sujeto-objeto, eso se logra con otro atributo que todos los sujetos también  poseemos, esto es: LA RAZON 

Lo irracional y las explicaciones “racionales” de los fumadores 

                El hecho de fumar, siempre aparece como algo irracional e inconciente, no hablo de inconciente en el sentido Psicoanalítico, sino, que el fumador es inconciente e irracional en el sentido que no sabe por que lo hace, nunca se pregunta porque lo hace y en general siempre pierde la cuenta real de lo que lleva fumado en el día, no sabe que es lo que lo lleva a fumar, simplemente los cigarrillos están allí, los agarra, los enciende, y eso es todo, sin ponerse a pensar realmente en lo que hace, ni por que lo hace,  pero lo hace una y otra vez.
                Muchas veces, el fumador cree saber por que fuma, e intenta dar una explicación “lógica” a lo irracional, esto en psicología se llama racionalizar, para lo único que sirve en el caso de los fumadores, es para seguir fumando. Escucharemos de boca de los fumadores cosas tales como “me causa placer”, esto no es cierto, en todo caso, es solo una manera de dar una explicación “razonable” a la dependencia física. Fumar solo le causa placer a los adictos al tabaco, sino, pregunten a cualquier fumador, que recuerden la primera vez que encendieron un cigarrillo, el sabor del humo pica en la lengua, el humo que entra en los pulmones hace toser, el que entra en lo ojos hace llorar, y en algunas ocasiones causa mareo y hace vomitar, ya que la nicotina produce intoxicación en los organismos que no están en contacto cotidiano con ella.
             La “sensación placentera”, se da en casi todos los fumadores, pero quiero terminar con este y otros mitos de una vez por todas. Lo que sucede realmente es que se produce una baja de nicotina en sangre, eso hace que en el organismo del fumador se genere algo similar a un estado de tensión y nerviosismo, y la sensación de “me falta algo”,es como un pequeño vacío interior, es algo similar a la sensación de hambre, solo que la sensación de vacío es a nivel de los plumones, y es por ahí por donde debe entrar algo para venir a terminar con esta sensación, esto es muy difícil de explicar y entender para las personas que nunca fumaron, o nunca estuvieron dentro de la adicción al tabaco, la cuestión es, que el próximo cigarrillo que se enciende, viene a llenar esta “sensación de vacío”, de “falta” y de displacer que va generando la baja de nicotina en sangre, por lo tanto se produce ese efecto “placentero” , pero repito, es solo placentero para los adictos al tabaco. Fumar es realmente una conducta horrenda, para todos los que no están dentro de la adicción. Hay miles de situaciones y conductas placenteras en la vida de todas las personas, y no necesariamente deben ser nocivas para la salud física y mental.
                   Hemos escuchado otras tantas veces, “fumar me calma los nervios” “fumar me relaja” otra vez una explicación falsa, hay miles de sedantes y barbitúricos en el mercado farmacéutico, y ninguno contiene nicotina, no conozco a ningún medico que recete nicotina para calmar los nervios,  fumar solo calma las ganas de fumar, parece una tautología pero no lo es.
                Casi todos los fumadores, tienen un abuelo, padre o vecino que fumaba tres atados por día y murió a los ochenta  años, otro argumento erroneo, lo que hay que pensar en estos casos, es que cuando hablamos de tabaquismo, no solo hablamos de vida o muerte, de salud y enfermedad, también hablamos de calidad de vida. Seguramente la calidad de vida de un fumador que murió a los ochenta años, fumando dos atados por día, hubiera sido mucho mejor si no hubiera fumado nada en toda su vida, y muy probablemente hubiera vivido mas de ochenta años. Voy a volver mas adelante sobre el concepto calida de vida, como sería lo ideal, y cual es la realidad del fumador.

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